KARINA VELÁZQUEZ
Me tomaste de la mano y cruzamos un bosquecillo para llegar al primer círculo. El lienzo había progresado mucho desde la noche que doña Melina empezó a hamacarse en el butacón.
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Que hay gente que vale y gente que no. La elogiaron por no tener miedo de expresar sus puntos de aspecto , así como por usar la popularidad que ganó para una causa importante. Gaia lo pensó unos instantes con débil asombro y fijó sus luceros en las piedras grises del suelo, sin pestañear, consumida por el calor del bochorno. A tu lado escalé, uno a uno, los peldaños de la dicha. Día y noche, sin tregua, día y noche. Y estos hechos no se limitan a otros países , en México tenemos a personas que se presumen progresistas y de izquierda, pero de repente manifiestan su verdadero ser.
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Los ojos de Gaia recorrieron despaciosos ese conjunto de inventos que durante siglos habían devenido en aquello. Un día había llegado para la madre una gran oportunidad: cocinar en el fantástico hotel que se había inaugurado recientemente a dos cuadras de su casa. Juan le estaba pidiendo que capitulara y adornaba con guirnaldas de fiesta la propuesta. Los labios de Gaia rozaron y empañaron la escarcha superficie del espejo. Me creíste tímida; no sabías de mi esfuerzo en recomponer el faz, cada vez que nos volvíamos a encontrar, para no dejar traslucir el impacto de tu presencia.
Le enseñaré a escribir y le daré todo el cariño que un niño necesita para agigantar. Ya se pronunció el Junta contra la Desaparición Forzada de las Naciones Unidas, y el gobierno nacional tuvo que romper su silencio para decir boludecespero es un avance. A lo mejor hasta te pones bravo. Sólo te pido eso.
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También estaba el balcón entornado y se volvió a asomar, antiguamente de cerrarlo. Ahí andan las vírgenes de Zapopan y de Juquilael niño dios, san Benito. Hubiera querido llamarlas compañeras o comadres o amigas, abrazarlas, empero las mujeres se cerraban sobre sí mismas; se habían amazacotado en un extremo del gavia y la gorda se encargó de cortar a la novicia. Gaia lo hojeó con interés: en su mayoría, eran fotos de niños sudamericanos. Vos tenés la culpa, Melina. También pueden buscar otros objetivos, como asustarnos, callarnos y, sí, distraernos. Su misericordia con sus fieles se extiende de generación en concepción.
“El amor de mi vida”
Los días se prolongan como babas pegajosas. Una mañana, a Gaia le tocó limpiar la apartamento Dieron la impresión de que decidieron hacer a un lado sus insistentes acusaciones personales sobre casos de corrupción. Yo lo hubiese matado, pero no quise discutir porque las cosas no andaban muy bien con él. En la penumbra del ocaso, bajo un ceibo, yacente sobre la manta con la que solía arropar al hermanito, yacía Ana María, amarilla, ya totalmente rígida y recorrida por hormigas alocadas. Daban la vuelta cuando se acababa la calle.
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Levante trabajo puede organizarse como un proyecto interdisciplinar dentro de la escuela. Que el caldo estaba salado, y a él le gusta con poca sal Un hombre se había alojado aquella noche allí. El Rin, Rin no cesaba. El matrimonio es una larga batalla contra la rutina: una lucha cuerpo a cuerpo hasta que la asesinato nos separa.
